Hoy dedicamos este blog a nuestros anunciantes del sector de la construcción aunque el tema que nos ocupa esté desgraciadamente vinculado a la actualidad en catástrofes naturales: los terremotos. Desastres imposibles de erradicar pero que, en gran parte, podrían amortiguarse aplicando criterios de edificación sismorresistentes.
Existen zonas más propicias a este tipo de movimientos de tierra pero no en todas ellas los terremotos son similares, de igual intensidad o presentan las mismas consecuencias en cuanto a pérdidas materiales y personales.
En algunas ocasiones la diferencia está vinculada a la manera de construir las edificaciones para evitar derrumbamientos ante posibles seísmos altamente destructivos.
Los especialistas resumen esta resistencia principalmente en características como la altura (Evidentemente, uno de los factores esenciales. En algunas ciudades ésta estaba limitada en el reglamento urbanístico, aunque en la actualidad, la tendencia sea valorar la altura en función de la calidad del diseño arquitectónico.); la simetría (Un edificio es simétrico respecto a dos ejes en planta si su geometría es idéntica en cualquiera de los lados de éstos. El hecho de que esta simetría no exista, aumenta el riesgo de torsión en su planta, y por tanto, la vulnerabilidad ante un movimiento de tierra.); la distribución de masas (Los especialistas recomiendan la uniformidad en la distribución de las masas que conforman tanto la planta como la altura, en función de las diferentes zonas y alturas y en base a la rigidez.); estructuras rígidas (A mayor cantidad de muros estructurales en la base, mejor estabilidad y resistencia.); distribución de puertas y ventanas (Una perfecta simetría en la distribución de elementos de apertura en una vivienda es imprescindible para evitar el colapso, así como un tamaño adecuado y acorde al resto de la estructura, no debiendo superar más de la mitad de los muros.); materiales de calidad (La buena calidad de la construcción mejora cuantitativamente su capacidad de absorción de energía en el movimiento sísmico. De ahí la importancia del hormigón armado y el acero, para que un edificio se pueda balancear sin llegar a derrumbarse.); la cimentación (Los cimientos son la clave de la flexibilidad y resistencia y cada suelo posee una cimentación específica en cuanto a profundidad, forma y tamaño, por lo que es esencial un estudio geotécnico de la planta o terreno previo a la construcción del inmueble. Este estudio nos permitirá evitar o reducir las deformaciones y esfuerzos que sufrirá la edificación durante un terremoto.)